LA NOCHE DEL CUERVO

Apenas me terminaba de acostar, cuando aquella maldita ave de mal agüero se posó sobre mi cráneo.
La noche estaba oscura como la boca de un lobo, no alcanzaba a ver dos palmos más allá de mis narices...
Lo escuché graznar un par de veces antes que me venciera el sueño. No tuve tiempo para más, antes de que aquel maldito animal salido del averno, se abalanzara sobre mi cabeza y comenzará ha agujerearme el cráneo con el pico, como si fuese un taladro. El dolor era inmenso, pero no podía gritar, había alguien más que me tapaba la boca con un trapo y me sujetaba los pies y las manos; mientras el se alimentaba de mis sesos, no podía escapar, las lágrimas me corrían sobre los hombros y lo sentía cavar cada vez más profundo con su afilado pico arrancando los trozos de mi celebro y sus garras asidas a mi pelo. El tiempo se detuvo y el dolor se hacia eterno. Hasta que la voz de una niña, los hizo huir con unos extraños gestos y un lenguaje que desconocía totalmente. La niña parecía haber salido de los años treinta, como una foto en blanco y negro, tendría como unos diez años y usaba un uniforme gris de colegio, medias blancas a media pierna y unos zapatos negros de hebillas a los lados; pero lo más que me llamó la atención fueron sus ojos negros idénticos a los del cuervo y el hilo de sangre que corría de sus labios, lo demás no lo recuerdo. Sólo sé que ahora soy uno de ellos... y que cualquier día te puedo hacer la visita

© Hergue A
28 Abril. 2020 0: 27