Maná del Desierto.
Fuente de Vida.
Jardín de Esperanza.
Maná del desierto:
Señor Dios: Ahora que yo callo tú hablas,
rasgándome con tu vibrante voz
la salvaje debilidad de mis núcleos,
la pueril grandeza de creerme que soy un hombre.
Hoy el orgullo y la vanidad se me escapan
por un juramento de llamas calcinantes.
Fuente de Vida:
Manantial que brotas como un niño en calma.
Hoy me acerco a ti sin temor al vacío,
a la noche, al silencio, a la nada.
Buceo, sin pudor, por tus aguas mágicas,
mientras tu corte de Náyades
cantan al amanecer.
Jardín de Esperanza:
Cierro los ojos y me embriago, -casi con lujuria-,
del universo de tus plantas y flores.
Se evaporan por acanalados surcos,
el desencanto junto a la romántica nostalgia.
Con sabor a eternidad, calzo vapores de amanecer.
© May Gracia
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