La bestia invisible

 Tengo una gran claridad de lo que está ocurriendo, en estos momentos que vivimos  tan dolorosos y la verdad es que no me aclaro a veces yo creo que es debido, a el maldito miedo que me paraliza  y es entonces cuando prefiero mirar hacia otro lado e ignorar y veo a los gusanos con esa fortaleza cuando se convierten en mariposas y vuelan al viento alegres, con sus alas abiertas tan llenas de color y escucho los pájaros cantar, es una manera de evadirme. No quiero cambiar el pensamiento, quizás el miedo la cobardía no me dejan  ¿Qué  voy hacer? sino quiero  ver a mí alrededor la realidad. Luego están esos  lobos con piel de cordero que si me  pillan indefensa y  descuidada un poco, debido a no estar bien atenta, se convierten en serpientes rastreras y me muerden he inyectan ese veneno terrible que no mata, pero destruye la moral y se expande por mis oídos con falacias y mentiras bulos sobre muertes y agonías malas vibraciones que poco a poco mi órgano más sentido  el corazón, sufre sin remisión.

Me cuido y sigo encerrada, soy como un niña asustada, pero al llegar la noche, es  entonces cuando le descubro, aunque se  camufla y  se convierte en ángel es imposible librarme de él.  Es un virus letal, nunca me va a dejar en paz cuando todo está oscuro y  las noches son eternas, es cuando el miedo me invade en una terrible pesadilla,  que no acaba y yo me estoy ahogando, mi corazón se acelera, mi cerebro tiene amnexia las piernas no me mantienen en pie, no puedo correr no puedo gritar, vuelvo la cabeza hacia atrás y la bestia ya me va alcanzar, no puedo despertar,  sé que me  va a atrapar su terrible veneno en mi alma lo engendrará, y en cada órgano de mi cuerpo se ha de instalar, a mis pulmones ha de llegar, causando una horrible asfixia, que me invadirá, ¡despierta, abre los ojos ya! sino lo hago seguro que con mí  angustia y el miedo hasta verme entubada, morada, casi sin respiración y agonizando no se ha de  marchar.

Carmiña Carmela