Reconocemos lo diverso en lo dispar
guardamos las distancias
lejos uno del otro
somos fuente entre zarzas
porque lloramos
los juncos adsorben nuestras lágrimas
tienen el alma blanca
en la raíz
porque el amor es agua
somos como la fuente abandonada
manantial
en mar de tierra seca
lloramos
conocemos abismos
de un tiempo que separa
nuestros labios
nuestros cuerpos sudan destierros
transpira deseos el aire
pero sin ti, sin mi
el junco dejará de ser verde
y no
no podemos permitir
que sus raíces se vuelvan
cañas secas.
© Julie Sopetrán
Que sus raíces se vuelvan cañas secas, tomo nota y nunca ojalá lleguemos a eso.
ResponderEliminarHermosos versos Julie
Lindas letras maestra, ánimos, resistiremos volverán a ser verdes los juncos, somos fuertes nuestro destino nunca está en nuestras manos, pero si sabemos acatar lo que nos mande...
ResponderEliminarBesiños...
Gracias, CArmiña, Te mando mi abrazo.
ResponderEliminarGracias, Greg. Así es, nuestro destino no está en nuestras manos, la fe es lo más importante y la esperanza... Mi abrazo.
ResponderEliminarPor eso, para que no ocurra lo que escribes en tus últimos versos, Julie, estaremos ahí a su lado para que los juncos sigan verdes, que al final son las vidas de todos nosotros vivos. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, amigo J.Javier, Sí, es la esperanza que nos queda... Agradezco mucho tu comentario y tu lectura. Mi abrazo fuerte para ti.
ResponderEliminarQue esa esperanza florezca de vida.
ResponderEliminarQue jamás debe perderse. Mi Julie.
Mi abrazo fuerte y sincero. Adelante!!!
Siempre.
Gracias, Esperanza. Que así sea. Un beso.
ResponderEliminar💚💚💚☕☕🌻🌻🌻
ResponderEliminarMantengamos la esperanza para que todo florezca y las raíces de la vida luzcan verdes...
ResponderEliminarQue todo pase y solo se quede lo bueno de las experiencias...
Precioso amiga
Un beso
Que así sea, amiga. Te mando mi cariño y agradecimiento por tus palabras. Mil besos
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