No duelen las noches sin luna, cuando respiras apenas, ni la muerte asusta, cuando llevas, descarnados los huesos...
Ni la boca me sabe a olvido, cuando
escribo estos versos, ni alma sabe a retama, cuando a solas me acuesto.
Ni la piel muere de frío, esperando un abrazo, si llevas el corazón cansado, de amar, sin amor muriendo...
© Hergue A.
18 may. 2020 2:16
Ilustrativo, muy ilustrativo tu poema, Hergue. Porque hay un tiempo para el amor, pero también hay un tiempo para el dolor si ese amor no es correspondido, aunque al final uno se aclimate y deba vivir con lo que tiene a su alrededor... Abrazos.
ResponderEliminarNo, creo que se aclimata nadie a eso, creo que se cansan y cierran las puertas. Gracias Javier. Un abrazo.
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