Hay una ciudad más allá del asfalto
y de las aceras atestadas de gente
que cada día andan de sobresalto en sobresalto.
Hay una ciudad que también crece
al margen de las casas; y de los coches
de los que la propia ciudad sufre y adolece.
Hay una ciudad que aún se la encuentra
cuando uno deja su perímetro urbano
y, por otro camino, en otras sendas se adentra.
Hay una ciudad que emana amabilidad
cuando se la contempla majestuosa
desde la otra orilla de la propia realidad.
Hay una ciudad que aspira a expansionarse
más allá de su primigenia ubicación,
por esas ansias de resplandecer y esparcirse
proporcionando bienestar y apostando por mejor posición.
Y hay una ciudad, en fin, que a todos nos gustaría
fuese la más maravillosa del universo
donde, vivir en paz y en armonía, nos encantaría
por encima de muchas cosas de este mundo.
© J. Javier Terán.
Ciudad modélica, ¿porqué no? Todo es seguir pensando soñando y hacerla realidad en algún momento.
ResponderEliminar- Llegará a ser -
Pues claro que sí, Araceli, seguro que un día la encontraremos entre todos y nos trasladaremos a vivir a ella; pero entretanto eso ocurre, movámonos con esas intenciones que apuntas. Muchas Gracias. Abrazos.
ResponderEliminarOjalá hubiera una ciudad así como la que describes seríamos mucho más felices.
ResponderEliminarFeliz domingo Javier
Muchas gracias, Carmiña, por seguirme aquí. Quizás mi ciudad sea un tanto modélica, una quimera, en fin.....
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