Rosa Cautiva

rosa cautiva

En silencio la Rosa Cautiva,
con delicadeza se inclina.
Dentro de un espacio reducido,
haciendo reverencia
al que con cariño la admira.


Con orgullo la presenta,
aquella mano que la llevó cautiva.
Mostrando su dulce belleza, pétalos de terciopelo detrás de un frío cristal.


Confinado su radiante y rojo color, confinadas sus espinas que alguna vez la defendieron de algún descuidado mirón.


Como ataúd de cristal,
que muestra una rosa viva.
Una rosa que suspira libertad.
Encerrado su perfume,
aroma que enamora
al jardinero cuidador.


Es una Rosa Cautiva,
fragancia y belleza
atrapadas bajo un cristal.
Ya no la baña el rocío,
el viento ya no la besa
y ya no juega con la traviesa abeja que su miel se llevó.


Su amo la ha confinado,
para dar alegría a sus ojos apagados.
Era más bello contemplar la rosa en el jardín, donde todos la admiren y reciban su fragancia… Su olor.


Su amor la hizo eterna,
para cumplir un capricho,
para mostrar su ego al mundo, por el precio
tan alto que por ella pagó.


Deleitando así su mirada,
tan vacía y apagada.
Que se ha alegrado y sonríe,
cuando a la flor cautivó.
Ella con su hermosura,
sigue haciendo reverencia.
Quizás algún día cualquiera,
vendrá quien romperá en pedazos su prisión.


© Esperanza E. Vargas


 

Comentarios

  1. Encuentro unas magníficas metáforas en estos versos mi querida amiga.
    Cuánta tristeza alberga esa rosa cautiva y tan hermosa.
    Bello poema. 🌹❤

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  2. Hermoso poema, Esperanza; donde destacas la belleza de una rosa desde cualquier ángulo que se la mire, incluso encerrada entre cristales su belleza es digna de admirar, y ella lo sabe y se inclina con delicadeza ante cada uno que la admira. Abrazos.

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  3. Nunca dejará de ser una rosa hermosa y a través del cristal se puede observar tal cual.
    Cómo siempre precioso tu comentario.

    Un abrazo fuerte

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