Que triste es la soledad, que no se entiende.
Hoy mi tumba rebosará con los secretos
que siempre me acompañan
y serán los mismos que me destruyan
día a día .
¡No carguéis mi féretro…,no!
Que el peso de las culpas dejan muescas,
allí donde se paran.
Y despacio, muy despacio,
abrid puertas y ventanas,
para que el viento del poniente me traslade
a la mar de mis ancestros.
Hoy no me busques viajando en el lomo
de una nube,
que aun me queda tierra donde revolcarme.
Los lodos de mi vida han vuelto a la superficie
reblandecidos por mis lágrimas.
He de cubrirme de fango
como penitencia a mis despropósitos.
Así me iré,
en una tarde sin nombre,
sin fecha, ni destino.
Pero antes le pido al Dios de mis creencias,
que me conceda tiempo
para lamerme las llagas que me supuran,
en la cavidad del alma.
© Paquita Caparrós
Un poema muy triste, Paquita. Pero así estamos , ya sólo nos queda Dios, y nuestras creencias. Un beso fuerte.
ResponderEliminarCuanta tristeza Paquita.
ResponderEliminarHay que aferrarse a lo que nos de fuerzas.
Un fuerte abrazo🌹
Tristes versos que hoy me recuerdan a Lorca.
ResponderEliminarVersos que al leerlo me duelen y me sararadean el alma. Quedó impávida ante tan tanta belleza, arranca a la raíz del alma.
¡Felicitaciones! Un abrazo.