Tanta fue su espera de la
Luna que al fin pudo
abrazar a su amado Sol .
Lo pudo tener frente a
frente para amarse y
volver a sentir su calor.
Para que la cubra por otros
años más de su luz y
resplandor cada día.
Se juraron su amor en
este firmamento y volverán
a saludarse a la distancia
hasta un nuevo encuentro...
© Verónica Hernández Bertín
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