COMO UNA NIÑA BUENA

No me mires así, cómo si nada sucediese
acaso no ves, que la tarde languidece
y nadie llora; mientras cae herida de muerte
ni a las gaviotas, pareciese importarle.

No ves cómo, se tiñe de rojo el crepúsculo
y la noche parda se alza entre mis sienes
como un torbellino insomne de frías tempestades...

No ves acaso, que sobre mí se cierne la noche
qué en mis ojos, se estremecen oscuridades
qué cruje el llanto amargo entre mis muelas y ruge en mí garganta, vilmente una bestia...
que colérica, se oculta tras una sonrisa…

No ves acaso, crispados mis dedos apretando la nada
para solventar la violencia de la ira
que me corroe por dentro, de forma callada
y que distraída, por mi mejilla rueda una lágrima
hendiendo un surco más, en el mapa de la vida
dejando aflorar avergonzados sentimientos tapiados
que mis labios, se niegan a pronunciarlos
y que la pasión, se desvanece entre mi cejas
que firmes se arquean, como flechas
para enmascarar una ausencia de todo...
mientras dentro, enardecida de coraje lloro…
como un lobo salvaje, a la luz tenue de la luna.

Acaso no ves, cómo la soberbia marchita mi rostro
y reniega, de todo lo puro que escondo
como el más valioso de mis tesoros.

Acaso no ves, que miento a todos
¡miento! con los labios pintados de rojo...
y los ojos maquillados de azul profundo
como la Fosa de las Marianas
para que no veas ¡qué claudico! de purita pena
por la voraz llama, de un fuego que se me niega...
mientras dentro, lloro, como una niña buena.

© Hergue A. 14 ago. 2020