El Último Beso, a Flor de Piel





Algo inusual tras largo tiempo
supo, a medias recibir
un compromiso no existente
abalanzase sobre su amiga del alma,
no esperaba tal reacción jamás pensada
la improvisación hizo qué cerrara puertas...


Tan inesperado sopetón recibió qué,
casi sin saber su significado lo rechazó
y las incógnitas salieron a flote sin más,
cosas de la existencia sin meditar tan siquiera...
el perplejo se quedó más mudo que cuerdo,
mientras su pensamiento rotaba
no encontraba una razón exacta para
poder comprender aquél hecho acaecido.


Quedó impactada y sonámbula salió
calle arriba fue caminando a medias,
casi ni sabía dónde iba a ir a parar,
pero hacia muchas fechas largas
había quedado en encontrar y verse
llegar a un lugar conocido y distante,
allí a la hora convenida estuvo
pudo conocer a un nuevo amigo
y unas charlas comenzaron,
hablaron tanto y tanto… qué
al final cierta invitación recibió,
abandonar el lugar donde había llegado
quedose con la nuca tan fría cómo helada.


Nunca antes habían despachado así,
comprender algo semejante le costó
por no saber ver, venir
tan descabellado comportamiento donde
el existir, realmente no refleja una verdad.


Muchas veces las gentes más inhóspitas
son las que más adversas llegan a ser,
amabilidad a raudales
para tapar lo qué no se es
cuándo los engaños no saben expresar
qué los sentimientos también escuchan.


Horas antes le implantaron sin pensar
tan a flor de piel, un último beso
quedándose con el transcurrir sopesado
sin mirar, pero sí pudo sentir su nombre
y nadie estaba mirando, todo tranquilo
andaba por no pensar, no reaccionó
quedó ensimismada, esperando algo
quizás una disculpa, más no la hubo.


Añísimos desconocimientos y jamás había
sentido tanto algo así, no ocurrido antes
tiempos atrás podría haber pasado y no…
no pasó, todo se estancó por gentes qué
interesadas estaban en desunir unos destinos,
qué se cortó por lo sano, sin saber qué pudo pasar
se hizo mucho daño en ambas partes,
pero intereses hubo escondidos… qué tras
los años fueron acaeciendo, todo salió a relucir
cómo pasmos desbocados y retorcidos los engaños
sacaron las conclusiones a relucir, cuando se tiran
lenguas qué desean saber más de la cuenta…
y con sus necias palabras, dejan risas desencadenadas.


Siempre hubo algo, pero los años de por medio
daban qué hablar, las diferentes armonías
y claro está, hablar a lo tonto, se hablaba
y no fue lo único que existió y se malogró.


Hay gentes qué saben más de la cuenta
y callan cómo bellacos, por partir en dos
vidas nuevas a programarse y ser libres
cuando había mutuos sentires, sentían
no ser partícipes de dos vidas en compañía.


Cómo llegan a ser las envidias insanas
qué se cargan vidas a toda conciencia,
los celos desmedidos deshacen encuentros
qué más tarde, un día sin venir a cuento
te plasman semejante contraste qué jamás
atreviose a realizar, solo a escondidas
y sin pedir permiso, porque sabría no lo iba
ni tan siquiera a poder conseguir, o quizás… sí…
tan sólo anticipándose a una despedida
inacabados los trayectos han andado
con el desconsuelo y la desazón desmedida,
asaltando un sentimiento qué sabía existía
desde hace más años qué matusalén.


No sabía cómo tomar tal atrevimiento
sin imaginar tal desfachatez descontrolada,
tras muchos meses en el pensamiento
atreviose con una pregunta a un amigo…
y pudo saber, a qué era debido tal Beso
dado a Flor de Piel, ese último ósculo
pequeño o grande, se encontró estampado
sin saber qué hacer... lo medio tomó,
pero no supo entenderlo ni comprenderlo
hasta exponerlo un día en junio pasado,
así se enteró de lo que fue su realidad
tan quizás especial, puro regalo recibió.


Pocas a veces son, las alegrías de unas vidas
pero, si se mira hacia atrás
en los meses ya pasados, se comprende tan bien…
qué en parte pudo ser algo qué jamás llegará
ni tan siquiera a recibir, y aunque no supo entender
él… a los pocos días pudo saber el significado,
qué su empeño realizó sin dejar claro su verdad,
convirtiéndola en una realidad tan papable
cómo la existencia mínima y duradera, qué por los
años tuvieron encuentros significativos,
habiendo hechos que ni se comprendían…
y mirando los años pasados, ya se llega a saber más
sin necesidad de dar explicaciones ni decir nada de nada.


Casi finalizando la mañana, se contaron cosas no contadas
años atrás nunca se atrevieron,
pero al final salieron a relucir y los ojos se quedaron mudos…
aunque sin el asombro qué pudiera parecer salir,
solo dejaron alguna pregunta en el aire
qué se contestaron con tanta normalidad,
como si estuvieran dando un largo paseo…
y la verdad sea dicha, sentados con un café estaban
deleitándose de su grata compañía, tan a gusto cómo
nunca… y al marchar la vista se giró hacía atrás…
dejándose engatusar por tales encuentros amenos,
desde tantos años vividos y al final
consiguieron una unión primordial con la salsa
que a flor de piel llevaban varios días,
al disfrutar con deleite singular su quizás…
últimas palabras habladas,
ya qué los soplos podrían llegar más tarde o más…
temprano, si cupiera la posibilidad ocasional.


© Mía Pemán

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