FILTRÁNDOSE POR LA MIRADA





Erguida contemplando el ocaso
la soledad de una tarde amarillenta
cómo cuando el verde trigo se vence
entre las espinas de una rosa
las grietas pronunciadas de la tierra.


Rodeada de incertidumbre y soledad
suplicando un rayo de sol en su tristeza
colores del infinito negro, sacudiendo penas
al viento suave, caricias rotas.


El llanto confuso entre la lluvia
los sueños despertando a la realidad
al miedo, a esta locura que transita
para quedarse escondida en algún rincón.


La noche tranquila sin el parpadeo de las estrellas
fugaces deseos que el tiempo esconde
ahí a tus pies, ofrenda de pétalos
amarillean los campos como la memoria.


cómo si con los años los colores perdieran intensidad
en un color sepia ajado
como tus labios cuando tiemblan
imaginando...el roce de tus labios.


Algún árbol te mira como queriendo proteger tu fragilidad
diciendo bajito al viento que te acaricie con suavidad
que deje en tus pétalos el beso de la verdad.


Amor en tu corazón, amor allá donde tus semillas se esparcen
tan erguida y hermosa
vestida de violeta
con tu aroma de rosas.


¡Susúrrame! que la felicidad se puede vestir de otoños
que la soledad habita en la memoria
sesgada, a veces rota
siempre tajante en no caer
por esos toboganes que rasguñan la piel.


En tus hojas escribo los versos
que volaran por los confines de tu universo
palabras llenas de "te quieros"
filtrándose por tu mirada…


© María Luisa Blanco

Comentarios

  1. Ahí está, bien erguida y firme, la rosa a la que tú cantas, Mª Luisa. Luciendo en postura incluso con el árbol que tiene frente por frente; pero destacando ella por su hermosura en medio del campo. Versos llenos de matices, con amores y desamores saliendo y entrando en escena. Abrazos!

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  2. Muy tristes colores llevan estos versos, negros sepias dolor en ellos, espero que esa rosa sea azul y renazca con pétalos luminosos de felicidad.
    Un abrazo

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