La Noche Maldita





La noche miserable despierta recuerdos,
de encuentros furtivos de sexo candente,
cuerpos entrelazados en danzas sinuosas,
daban desahogo a ganas rebeldes.


Los secretos nuestros se tenían más estrechados,
el gran miedo de ser descubiertos,
se revelaba a las promesas nuestras
y huíamos locos a sus largos amarres.


Cuantas albas frescas nos había dado la luz
y cansados extenuados nos dormíamos desnudos,
ríos de tinta he versado por ella
y cada vez era como la primera vez.


Entonces el destino bastardo puso su mano en él,
y extinguió lentamente su joven vida;
Vuelo de un ángel rubio sueño cada noche maldita.
Y tengo ganas de besarla pero siempre tengo dudas.


© Greg D.

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