Cuando puedo pensarte

Me gusta pensarte,
para luego quererte
y también amarte,
sabiendo que puedo tenerte.

Soy feliz cuando te tengo
y estás cada día a mi lado,
porque sé que mi canto
encontrará en ti mi encargo.

Me gusta imaginarte
e idear luego el rito,
que se convierta en un hábito
que me lleve a ver tu semblante.

Soy feliz cuando te acaricio
y mis manos se estremecen,
con tus besos que crecen
y que yo correspondo con mi arrojo.

Me gustaría soñarte
y que luego el sueño
se convirtiese en un señuelo
que me ayudase a rescatarte.

Todo esto y más me gustaría
amada mía al pensarte,
sabiendo que luego el tenerte
es lo que yo más saborearía.

© J. Javier Terán