Fui tu muñeca de felpa, con textura calimosa,
de tacto suave, vello sedoso, brillante y fino,
osito de mohair y lana peinada,
fuente de calidez, alivio y cercanía.
Cual peluche de terciopelo,
juguete delicado y predilecto,
me apretaste, impetuoso, contra tu pecho,
hasta arquear y abarquillar mi cuerpo.
Refugio en mi olor singular de azúcar tostada,
reconfortante cual el seno blanco lactífero,
profundo en la seguridad, el cariño y el sosiego,
arca con sueños almibarados y dicha melosa.
Drama espeluznante y pavoroso al extraviarme,
buscándome en los rincones recónditos e inasequibles,
con ojos llorosos y llanto inconsolable,
triste y abrumado en la noche en blanco.
Me volví insustituible en tu vida,
milagrosa la mayor parte del tiempo,
brindándote bálsamo y dulzura,
alquimia de mis caricias y de mi verbo.
Hoy soy tu muñeca de trapo casera,
con trozos de ropa vieja y usada,
tosco tejido de fustán, lino y cáñamo,
desgarrada y deshilachada.
Ya no soy la más bonita, ni la más llamativa,
si ayer fui recompensa, hoy soy castigo,
arrinconada y despreciada,
saliste a explorar horizontes desconocidos.
Escuchaste confidencias en otra almohada,
y volviste a recurrir a mí para buscar reparo,
cansada con el alma saturada de patraña y alevosía,
tu fiel objeto de consuelo, hoy, otro torso serena.
© Esther Coïa
Waw, controvertido poema, ser juguete de algo o de alguien... y escrito en primera persona impresiona aún más -
ResponderEliminarSi impresiona, ese cambio brusco...de sintimiento fuerte poco a poco , estrofa a estrofa... Lo que comienza siendo algo lindo.
Nada más duro, que pasar de sentirse de tacto suave a sentirse esa muñeca de trapos rotos.
Te abrazo y aplaudo Esther.