UN POEMA





El fuego, es el fuego, ¡Qué viva!


UN POEMA


Un poema es como una llamita
como un fuego pequeño
que esta abrazado al alma
intentando descubrir el mundo.
Entonces el alma, en su escucharse se derrama entera
entera se derrama sobre el papel
y las vocales y las letras
surgen húmedas, recién bañadas por espumas
y hasta quizá por ríos incendiarios
ríos que recorren la tierra y la fecundan
Nada como el agua que fluye por entre los huesos
pero las voces ávidas se alzan
que están hambrientas
como bocas calladas y pletóricas de palabras
ansiosas de un trocito de papel
savia vegetal es su alimento
aire que renueva toda oquedad
y nombra a los que yacen
los silenciados por las bocas recelosas
los desterrados de sus casas y de sus tierras
los sin nombre y sin rostro.
Por eso digo
cuando las palabras, que se comunican entre sí, lo sobrepasan; es porque la llamita crece y crece tanto que se corre el peligro
si, de que arda hasta el amanecer
un poema es como un incendio solitario...
una llamita que se apaga
algunas veces se apaga
si, sin que la alcances a comprender
una llamita es un poema solitario
es un sueño de amor que se acurruca en un rincón
o se desvanece, perdiéndose en el infinito.
Y es quizá una página invisible, que tú no leerás...
Pero si, un poema es como una llamita
o un tic tac, del corazón mío, latiendo…
Latiendo hacia vos.


© Beatriz Elena Morales Estrada

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