(inspirado en el cuadro de Edith Maldonado)
Aún pensando
en lo lejos que estamos,
no puedo dejar de desear
que quisiera estrecharme en tus brazos.
Mi pensamiento hace que lo inevitable sea real,
y así nuestros senderos se unen al final.
Aún queriendo
alejarme más de ti,
no puedo evitar
que mi mente te deje de pensar,
porque eso es lo que hace
a mi corazón palpitar.
Y así, andando por esta vida sin ti,
en la obscuridad te pienso
y puedo imaginar tu rostro muy cerca de mí,
y tu voz diciendo a mi oído
que aunque no estés conmigo,
no me dejarás ir.
© Angeles Loera
La historia de un deseo convertido en parte en realidad, aunque sea sólo en el pensamiento, pero como fuerza interior para sobrevivir. Abrazos.!!!
ResponderEliminar¡Te pienso!... deja la mente pensar ye esta te transporta a lo imaginable, lo demuestran tus letras... gracias por compartir
ResponderEliminarBesiños amiga, si piensas, piensas van al oído. ¡Piensa, piensa!